Dentro de la campaña Jóvenes Periodistas, una iniciativa impulsada por Eurodesk y la Comisión Europea que invita a jóvenes de entre 18 y 30 años a poner en práctica sus habilidades periodísticas e informar sobre los temas que realmente importan a la juventud europea, la joven periodista española Ángela Garrido ha escrito el siguiente artículo para el Portal Europeo de la Juventud, donde habla sobre cómo dos amigos en Zaragoza están revolucionando la tecnología para facilitar la vida a las personas mayores y fomentar la innovación social en Europa.
Todo el artículo a continuación:
Llevando la tecnología a casa: cómo dos amigos están asegurándose de que la innovación no se salte una generación
Cuando uno piensa en la UE, se le vienen muchas cosas a la mente: una unión improbable de culturas, un crisol de lenguas, un gigante regulatorio. Sin embargo, en términos de innovación tecnológica, parece que siempre vamos un paso por detrás de nuestros vecinos americanos o chinos; ellos tienen todas las grandes empresas, toda la tecnología innovadora. ¿Y nosotros qué tenemos?
Durante los últimos años, la UE ha sido testigo de una explosión de pequeñas empresas tecnológicas y startups, lanzadas por miles de mentes jóvenes, hambrientas y brillantes en cada estado miembro. Desde nombres ya consolidados y reconocidos mundialmente como Bolt o Vinted, hasta promesas nuevas como Escape o Dott; por toda Europa, ideas creativas se están convirtiendo en proyectos de pleno derecho.
En la soleada ciudad de Zaragoza, España, dos amigos han logrado combinar ese afán de crear un cambio significativo con la necesidad de ayudar a los más vulnerables: nuestros abuelos.
Maximiliana nació de un problema común que todo estudiante internacional ha enfrentado. Cuando Jorge Terreu se mudó a Lyon para hacer su Erasmus, pronto descubrió que mantener el contacto con su abuela, Maximiliana (de ahí el nombre de la empresa), era más difícil de lo esperado. Simplemente, ella no lograba contestar las llamadas ni responder los mensajes, y se frustraba al no entender todos los iconos y mensajes en la pantalla. Como estudiante de ingeniería informática, Jorge no se desanimó y comenzó a diseñar un teléfono especializado que, en lugar de ser una pesadilla para su abuela, fuera su aliado.
Así fue como en 2019 nació el teléfono Maximiliana. Un smartphone normal por fuera, pero con un software diseñado para ofrecer todas las funciones esenciales de un teléfono normal de forma simplificada y fácil de usar. Su pantalla se enciende automáticamente cuando el usuario lo recoge, las llamadas entrantes pueden contestarse automáticamente y se puede llamar simplemente pulsando el icono con la cara del contacto. Además, todos los ajustes se gestionan desde una app complementaria en el teléfono de uno de los familiares del usuario. Su prototipo no solo fue un éxito en manos de la abuela de Jorge, sino que pronto la gente a su alrededor empezó a interesarse por ese extraño móvil que parecía hacer la vida más fácil. Fue su donación de cinco de esos teléfonos al Hospital Clínico de Zaragoza en 2020, cuando el COVID y los confinamientos se convirtieron en la norma, lo que marcó el rumbo de Maximiliana.
Los medios locales descubrieron la donación y cubrieron la historia, lo que llevó finalmente a una oferta de financiación por parte de un inversor. Jorge y Pedro Malo Perisé, su compañero de clase en ese momento, que hasta entonces le había ayudado informalmente a desarrollar el prototipo, de repente se vieron no ya con una anécdota personal, sino con una empresa consolidada. “Fue un efecto bola de nieve”, recuerda Pedro, ahora CTO (director técnico), en una videollamada en marzo de 2025.
En estos cuatro años, “Maxi”, como él lo llama cariñosamente, ha crecido considerablemente. Ahora cuenta con casi doce mil usuarios, la mayoría en España, pero también algunos en otros países de la UE o incluso en Latinoamérica. Han ganado varios premios y la actriz María Galiana, conocida como “la abuela de España” por su papel de Herminia en la serie Cuéntame, protagonizó su campaña navideña. De cara al futuro, la empresa no solo se centra en aumentar su número de usuarios en España, sino también en una posible expansión a otros mercados. Aunque Maximiliana actualmente solo funciona en español, esto no será así por mucho tiempo: “Está en nuestra hoja de ruta traducir el sistema”, reconoce Pedro.
La actriz María Galiana en la campaña de Maximiliana “Gracias por llamarme”
Al igual que ellos, miles de jóvenes emprendedores intentan abrirse camino en el panorama empresarial europeo. El Informe Estado del Tech Europeo 2024 mostró que hay más de 35.000 startups basadas en Europa. Aun así, los retos persisten: los jóvenes luchan por encontrar los medios para dejar de caminar el camino creado por otros y hacer el suyo propio. Cuando el proyecto Maximiliana dio sus primeros pasos, tanto Jorge como Pedro mantenían sus trabajos a tiempo completo en una gran empresa tecnológica de Zaragoza y trataban de compaginar ambas cosas. “Lo recuerdo como una época horrible”, dice Pedro, “trabajaba unas 14 horas al día”. Cuando finalmente decidieron dejar sus empleos para dedicar toda su energía a Maximiliana, fue como un salto de fe. “Mis padres casi me matan cuando se enteraron”, se ríe Pedro.
En los últimos años, la Unión Europea ha puesto en marcha muchas iniciativas para ayudar a los jóvenes emprendedores a comenzar su aventura. No solo existe Erasmus para Jóvenes Emprendedores o la Organización de Jóvenes Emprendedores de la Unión Europea, sino que hay muchos proyectos de colaboración entre universidades y empresas jóvenes financiados por el Fondo NextGeneration de la UE. Es a través de una alianza con la Universidad de Zaragoza que Maximiliana está desarrollando su producto más reciente: una pulsera IoT (Internet de las cosas) con botón de emergencia que se puede usar fuera de casa y que tiene una batería de larga duración. Según Pedro, el proyecto conlleva un sacrificio económico y de recursos tal que una startup no podría asumirlo sola. “Si ha sido posible, ha sido gracias a este programa”.
Una persona colocando pegatinas en una pared
Aun así, advierte sobre los peligros de convertir el “dinero gratis” en la principal herramienta de ayuda para los jóvenes emprendedores. “El primer paso debería ser eliminar obstáculos”, argumenta. La Unión debería centrarse en agilizar y simplificar los trámites administrativos para aliviar la carga regulatoria; una carga que para muchas pequeñas y medianas empresas es prácticamente imposible de soportar. De hecho, las estadísticas muestran que 1 de cada 5 startups en Europa fracasa durante su primer año. Cuando recuerda sus primeros pasos lidiando con la regulación europea, Pedro no puede evitar fruncir el ceño: “Para una empresa pequeña como la nuestra, fue como ser aplastados”.
En Zaragoza, Jorge sigue visitando y llamando regularmente a su abuela, que ahora tiene 92 años. Él y Pedro van cada día a la oficina para reunirse con las otras 10 personas que ya forman el equipo de Maximiliana y pensar en nuevas formas en que la empresa pueda seguir apoyando a nuestros mayores.
Durante muchos años más, Maximiliana espera ser el hilo que conecta a miles de familias. Como ellos, muchos jóvenes emprendedores trabajan ahora mismo para crear un futuro mejor.
Si Europa sigue cultivando un espacio donde estas iniciativas frescas e ingeniosas puedan crecer a su máximo potencial, ¿te imaginas cómo podrían ser nuestras vidas?
Yo, por mi parte, no puedo esperar a verlo.